Conexiones genuinas y espacio para la vulnerabilidad. Así de moñas.
Mi experiencia en varios colivings y la importancia de entender cómo la vulnerabilidad nos hace fuertes como equipo.
Hola!
Qué difícil se hace esto.
No sé si justo tú, que me lees, estás acostumbrad@ a escribir. Lo peor es que yo sí, pero no de esta forma.
Una cosa es hablar del diseño, de branding, marketing o de nuestro recorrido profesional puro y duro y el otro hacer el ejercicio de extraer lo valioso de toda la morralla que nos pasa (al menos a mi) por la cabeza.
Sí creo que algunos días soltaré una parrafada, otros merecerá unas lineas más e incluso en algunas, lo mismo acompaño con audio o vídeo.
Espero que me vayas contando qué te llega mejor.
Vamos al lio y, porfa, lo dicho, ya me contáis qué tal y así vamos puliendo esto poco a poco.
:)
Que nada nos paralice para empezar cosas, pero que no perdamos un segundo en tratar de hacerlas mejores.
En esta news quiero contarte cositas que aprendo en mi andadura en Bisiesto. ¿Vienes?
El que llega el último llega mejor.
De no salir de casa al rey del coliving
A veces se me olvida lo duro que fue decidirme a dar el paso de ir a mi primer coliving.
Exponerte, conocer gente nueva, el qué dirán… parece poca cosa a día de hoy pero es el freno de mucha gente y lo fue de mí mismo hace no tanto tiempo.
Ahora, echando la vista atrás, voy a un mínimo de dos convivencias anuales y me apunto a un bombardeo. Increíble lo rápido que nos acostumbramos a lo que parecía imposible (nota mental, esto da para otra news).
Te cuento.
El año pasado tuve la gran suerte de que coincidiesen la oportunidad de convivir de forma casi salvaje y cero controlada con un grupo de emprendedores y también la de formar parte de uno de los colivings de SinOficina. Mucho más ordenado, por cierto.
Ambas dos tuvieron su maravilloso encanto.
Adivina en cuál me comporté como un niño chico comiendo nocilla y chucherías, y en cuál comí nocilla y chucherías pero portándome como un adulto.
Curiosamente, ambas experiencias coincidieron en el mismo mes y sucedieron una detrás de la otra. Rollo acabar una un domingo en Madrid y empezar la siguiente el mismo domingo en Córdoba.
No me quiero meter en detalles (hoy, que aquí hay muuucho aprendizaje), pero sí quería darte contexto para contarte una idea que me llevé de ambos sitios.
Es mucho más fácil conectar con gente de forma profunda y consistente en una convivencia de 7 días que quedando 20 veces 1 hora.
Es de lógica, supongo, peor hasta que no lo he vivido, no lo supe.
Ir, puede que hayan sido unas de las mejores decisiones de cara a mi negocio y a mi autoestima. ¿Curioso? Ya os contaré detalles.
Lo importante, es que en cada convivencia, las personas son diferentes, las dinámicas que se crean son dispares y el resultado puede ser también muy variado.
Pero siempre consigo generar relaciones genuinas. Es una suerte y también un objetivo.
Lo digo porque aparte de que surjan, las cultivo.
Y aquí viene el punto de tanto rodeo: encuentro dos formas clave de conseguir este tipo de conexiones y, sorpresa, ambas son complementarias.
El humor y la vulnerabilidad.
Reir y llorar
El primero (el humor) es herramienta indispensable para construir relaciones, incluso con uno mismo.
He vivido media vida escuchando a mi madre decirme cuando me quejaba que debería reírme más de mi mismo. No sé tú cómo llevas esta tarea, pero lo cierto es que sigo necesitando reírme más, pero con entrenamiento, alguna risa me echo.
En el humor, tienes el punto chulo de que, si es compartido (hay muchos rangos de humor y alguno solo se puede compartir con un determinado rango de gente sin escrúpulos y otros tipos más universales…), se contagia.
Si te quieres reír, sonríe.
Acción-reacción. Tampoco tiene mucho misterio (creo)
Pues con la vulnerabilidad nos cuesta más pero es “la misma mierda”.
Si quieres generar un entorno de confianza, debes confiar. Si quieres que ese entorno sea seguro, debes crear seguridad y, si quieres crear seguridad, debes abrirte.
Eso permite que otros lo hagan.
Suena fácil, lo sé, pero es dejarse ir un poco y luego engancha. Es como lo de ir al coliving (o cualquier cosa retadora) la primera vez.
Primero acojona, luego te acostumbras y al final te vuelves “el rey” de eso que antes parecía inalcanzable.
Aplicado a Bisiesto
Esto que te cuento, lo de abrirse, lo de ser vulnerables, lo he observado de forma concentrada en estos colivings, pero en el equipo, en Bisiesto, lo que sucede es increíblemente parecido.
No sé qué cultura hay en el sitio donde curras, pero en Bisiesto puedes estar y ser tranquilamente quien narices seas, estés pasando por el momento que sea.
Parece una tontada, pero a cosas como estas le doy un valor tremendo.
Tanto que, a día de hoy, puede que sea uno de los motivos más relevantes por los que siento que merece la pena emprender: crear algo que impacta de forma directa en toda mi gente, clientes proveedores… Vale, esto no es una ONG, pero joder, se pueden hacer las cosas de muchas formas y no es TAAAN chungo hacerlas con mimo.
No digo bien, digo con mimo. Que con mimo uno también mete la gamba.
Hace no demasiado, una compañera que paso un problema familiar me confesó entre lágrimas que Bisiesto era un magnífico lugar para pasar un mal momento.
Cuando montas una empresa, dudo que nadie esté pensando en conseguir algo ni parecido, pero cuando sucedió, me sentí profundamente orgulloso del equipo y de mi mismo.
Ahora me pregunto cómo escalar esto, porque no quisiera conformarme con menos. Pero eso es otra película.
Cómo construir algo así
Lo que quiero es contarte cómo creo que hemos conseguido algo así, que no solo impacta en la calidad de vida de nuestra gente, sino que es un generador de confianza y un pegamento brutal para las personas que integramos el equipo.
Y, la verdad, creo que ha sido siguiendo una ruta clarísima:
No tener ni puta idea de la ruta ni de lo que estoy haciendo (entre otras cosas porque es la primera vez que lo hago) y decirlo en alto. Hay gente que le da miedo decir que tiene miedo a algo. A mi lo que me da miedo es ese algo, no el contarlo. El “no sé” y el “a mi me asusta” son verbalizaciones clave para contagiar la honestidad al resto.
Contar de forma transparente lo que sucede. Siempre, como norma, pero especialmente en momentos difíciles como lo fue el confinamiento, o incluso cuando se nos han acercado a interesarse por Bisiesto, o cuando vemos que se acerca una crisis y un@ no sabe qué hacer.
Tener en cuenta que es facilísimo reventar el trabajo de años con una solo acto en minutos. Si eliges el camino de la transparencia y la honestidad, apechuga my friend. Una sola vez que vayas a medias tintas, te la llevas doblada. Estoy seguro de que la cagaré en esto alguna vez, pero le pongo empeño y atención para que sea lo más tarde posible.
Resumiendo, creo que la honestidad y la transparencia requieren, si de verdad es honestidad y transparencia, el ejercicio de mostrarnos vulnerables ante el resto.
Y estoy seguro que este ejercicio se contagia como lo hace una sonrisa.
Con la diferencia, de que el mostrarnos vulnerables, eleva el nivel de la conversación. Podemos hablar de quién soy, de cómo me siento, de qué necesito de dónde puede venirme bien ayuda.
Para mi, este sería el caldo de cultivo para generar conexiones genuinas. Esas, cada una en su plano y con sus roles, además, son las que quiero en mi familia, en mi casa, con mis amigos y, por supuesto, con mi equipo.
Ojalá resuene algo en ti, aunque sea para pensar todo lo contrario.
Eso sí, entonces debes saber que la razón la tendré yo. 🤣
Predicar con el ejemplo: un poco de vulnerabilidad
Aprovechando el tema, a riesgo de que no te llegue el mensaje completo porque se salga por lo largo que me está quedando, te diré que voy bastante inseguro y que especialmente con estas primeras “cartas” que dejo aquí escritas para ti.
Lo sé, en breve me acostumbraré, pero aunque ya te lo he dicho arriba, te quiero recordar que me va genial si me das algo de feedback. Un corazoncito de esos, un comentario, un tweet, un privado… da igual. Sea lo que sea, suéltalo y así me voy soltando yo también :)
Gracias!
Un abrazo :)
Si te mola, comparte con amor y lo hacemos crecer :)
El placer de poder compartir contigo parte de esa experiencia hace que valore un poquito más esto. Pero me quedo con estas tres cosas, que has dicho tú, pero podía haber escrito yo.
No tener ni puta idea de la ruta ni de lo que estoy haciendo (entre otras cosas porque es la primera vez que lo hago) y decirlo en alto.
Contar de forma transparente lo que sucede.
Tener en cuenta que es facilísimo reventar el trabajo de años con una solo acto en minutos.
SIGUE por dios.
Qué chulo, Miguel! Y qué guapo el detalle del audio final ❤️