Burnout, punto de partida.
Un capitulazo del podcast de El Estoico que me ha dejado dando vueltas.
Hola! 👋
Por aquí Miguel de Bisiesto.
Oye, antes de seguir, tengo que contarte algo de lo que me siento muy orgulloso.
Este año es bisiesto y con motivo de este día extra que todos hemos vivido el 29 de febrero, mi equipazo (porque no tiene otro nombre) se ha currado una iniciativa para recaudar fondos directamente para la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER).
Se llama “un día más” y sería genial si quieres sumarte o compartirla, para generar el mayor impacto positivo que podamos sobre esta gente que verdaderamente necesitan el apoyo.
Gracias! 💛
Espero que estés genial. Yo hoy, mientras te escribo o te cuento esta carta, estoy en casa, con un té verde fresquito, como si fuera un tipo sano y zen.
Como siempre, te traigo el contenido también en audio por si lo prefieres.
Hace unos días, una compañera de Bisiesto (Ale) me compartía un capítulo del podcast de “El Estoico” súper interesante en el que se habla de burnout. Para la conversación, en la entrevista se consulta al Dr. Carlos Cenalmor.
La verdad es que me ha parecido súper interesante y quiero hacer lo propio y recomendaros que lo escuchéis. De lo que más me ha gustado es que creo que tiene puntos que se pueden aplicar a la gestión personal que hacemos de la relación que tenemos con el trabajo, así como también puede tomarse en cuenta a la hora de llevar equipos.
Te cuento lo que “me llevo” de este contenido de nivel, esperando que te sirva como creo que me ha servido a mi: como punto de partida para reflexionar qué papel quiero y puedo jugar en esta realidad que potencialmente me afecta a mi y a mis compañer@s.
La idea central es el tema del burnout.
El entrevistado es un experto psiquiatra y psicoterapeuta que se dedica de forma especializada a tratar estos temas.
Burnout 🔥
Supongo que lo tienes controlado, pero hablan del burnout como el síndrome de desgaste profesional asociado al trabajo aunque, matizan, a veces se puede producir en entornos no laborales, asociado a trabajos de otro tipo (cuidados, responsabilidades...).
Este burnout provoca síntomas variados que pueden darse de forma aislada o complementaria y que, entre otros pueden ser:
El cansancio, incluso llegando a agotamiento extremo o incapacidad de levantarse de la cama en casos más graves.
Despersonalización: separación de lo que vives y tus propósitos u objetivos, llegando a vivir una vida casi por "inercia" o "la vida de otro".
Complacencia: decir que sí a todo para quedar bien o por inercia sin valorar sus implicaciones.
Estrés crónico.
Síntomas asociados a la depresión.
Y, bueno, tal como indican, estas situaciones impactan en tu vida de forma global, afectando y provocando incluso otros síntomas físicos.
¿Cómo puedo saber si estoy “quemado”?
Si bien lo que relato justo en el punto anterior son casos seguramente fuertes, todos empezaron un día en alguna parte, de a pocos, por lo que ya te adelanto que es de vital importancia el observarse.
Guárdate espacios para ti.
Lo mismo te mola meditar o eso te suena a misticismo y prefieres repasar tu día y ver cómo te has sentido. No veo yo tampoco muchas formas de evitarlo o de reconocerlo que no sea mirándose de forma honesta y tratando de entendernos.
Vale y ¿cómo se maneja esto?
De cara a prevención o a ponerle remedio, he apuntado varias claves aunque, por supuesto, pedir ayuda profesional siempre es una buena idea. En el peor de los casos, te habrás dedicado un ratito para ti, que es una de las claves.
Para manejar el burnout podemos:
Empezar tratando de entender y reflexionar sobre qué es el éxito para ti. A veces es difícil distinguir lo que sentimos/queremos en realidad de lo que en nuestro entorno juzga como bueno (y nosotros por contagio y extensión). Reflexionar de forma honesta sobre qué significa realmente para cada uno cuesta pero tiene premio.
Descubrir nuestro propósito y objetivos nos permite luego poder enfocarnos en conectar con ello. La frase esa que decía que es improbable que llegues a un sitio si no sabes dónde vas. Pues prácticamente lo mismo.
En este sentido y para hacer un "seguimiento", es súper recomendable dedicarse un rato cada día para observarse y mirarse. Puede ser cuando sales del curro, de camino a casa, al final del día… y puedes hacerlo simplemente “de pensamiento” pero escribir cómo nos sentimos tiene un poder especial que nos hace más conscientes y nos obliga a darle forma con palabras a lo que sentimos.
Por último (al menos de lo que recuerdo tras escucharles), no es ningún secreto, pero a veces se nos queda en el tintero: incorporar el deporte en tu día ayuda a todo esto y a equilibrarnos internamente. Además, enfatizan en que el impacto que tiene la naturaleza en nosotros es súper positivo y muy interesante en este sentido.
No todo será mi obligo
Queda bastante claro que tenemos un gran poder y es la capacidad de decidir cómo estamos en nuestro día. Cómo queremos percibir o procesar lo que nos pasa también se puede manejar.
Es decir, tenemos la capacidad de moldear cómo nos sentimos ante cada situación externa, pero no nos olvidemos que no es nada fácil (y menos cuando empiezas de cero) y que el entorno, aunque se puede manejar es muy relevante.
Ojo que manejar, lo manejaremos hasta un punto.
Hay cosas que son ingobernables y, aunque no lo fuesen, el entorno y nuestro contexto pueden impactar de forma directa sobre nuestro bienestar o malestar.
Me lo llevo a la empresa
Y es aquí donde creo que las personas que manejamos equipos (o, incluso diría que trabajamos en equipo, es decir, casi tod@s) tenemos que practicar ser conscientes y valorar, como decía antes, qué papel podemos jugar en esta realidad.
Hay algo que ponen en la mesa que va más allá del burnout y es la gran batalla que se está librando: conseguir mantener nuestra atención.
Tanto agentes externos que la tratan de captar, como nosotros que, como individuos necesitamos cultivarla.
Esta batalla parece una batalla perdida porque la tendencia es que, cada vez y con el paso de los años, en los estudios que se realizan al respecto veamos cómo decrece nuestra capacidad de atención como especie. A esto parecen estar contribuyendo a lo bestia los dispositivos móviles y nuestras costumbres con ellos.
Llevado al día a día en el curro, la conclusión es clara: No se puede estar en la multitarea.
Por eso, es importante que trabajemos para propiciar la secuencialidad. Esto es, dividir el día a día en bloques de atención en los que nos dedicamos a algo concreto y sin notificaciones.
En cuanto a la capacidad de estar atentos y enfocarnos, hablan de que las técnicas de tipo "pomodoro" - esas de trabajar unos minutos y descansar en franjas - se ha demostrado que no son óptimas.
Comentan que, aunque con variaciones según la persona, los intervalos óptimos de atención son de unos 70-90 minutos de trabajo con 20 minutos de descanso en los que hacer algo que conlleve movimiento, cambiar la vista y mirar lejos, puede ser muy beneficioso.
Esto (trabajar por bloques y aplicar descanso incluso descanso activo) es un tipo de comportamiento que podemos comunicar y fomentar.
Además, complementan estas ideas con el "estar en el presente" y ponen el ejemplo de monjes budistas que aprovechan los sonidos de campanas que suenan en intervalos para usarlos como recordatorio de vivir el presente.
Ahora que somos unos modernos, algo bueno tenía que tener el móvil, existen incluso apps que permiten programar esas campanas y configurar sus sonidos, con el fin de traernos al presente.
Resumen
Me quedo, sobre todo con:
Tenemos un gran poder para manejar cómo nos sentimos ante los retos y el estrés.
Este poder no es inagotable ni infalible: el entorno cuenta y hay cosas insostenibles que pueden venir del exterior y que hay que manejar.
Aprender a decir que no y explicar lo que sí nos encaja, nos ayudará en general en la vida y relaciones para alinearnos con lo que queremos ser/sentir.
Enfocarse en trabajar por bloques y guardar espacios para conectarnos, no es lo mismo que tener todo abierto y recibir el ruido que generan los estímulos y notificaciones constantes.
Dentro de estos bloques, debemos encontrar cuáles son las fórmulas y qué tipo de espacios necesitamos para 1. descansar, 2. mirarnos y aprender de cómo nos sentimos y 3. evaluar si estamos más o menos cerca de la vida que queremos y nuestros propósitos.
Conclusiones personales
Creo que tenemos una gran responsabilidad individual y colectiva.
Especialmente trabajando en remoto que nadie puede supervisar cómo nos gestionamos al detalle o sugerirnos cosas en el momento en el que se nos nota algo (porque no nos vemos), cobra especial importancia comunicar como nos sentimos, reflexionar sobre cómo nos encontramos y guardar espacios para descansar y dividir nuestra atención en bloques para poder lidiar con el estrés intrínseco en muchos momentos del día a día.
También creo que tenemos la capacidad de trabajar en equipo para que esos propósitos individuales estén alineados con los del proyecto y viceversa.
Al final, tanto los propósitos individuales como los corporativos son líquidos y cambiantes y debemos prestar atención y dedicar espacios para alinearnos y asegurar que convivimos y nos sumamos de la forma más sana posible y que nuestra relación con el trabajo no es algo meramente transaccional, sino que conecte con quien queremos ser.
Tal como he comentado un par de veces, siento que traer este tema a la mesa me ayuda a tomar estas reflexiones como punto de partida de un trabajo individual y grupal que dudo que nunca termine.
No dudes en escuchar el capítulo, realmente da que pensar y aporta mucho más que esta carta que te mando que no llega ni a resumen.
En tu caso ¿crees que hay alguna clave que no hayamos citado? ¿cómo te afecta o crees que puede afectar a tu equipo en según y qué momentos de tu empresa?
Me parece un buen melón.
Un abrazo!!
PD. Si te ha gustado, compartiendo me ayudas una barbaridad y así llegamos a más gente 🤞
Cositas
Para reirte un buen rato, este podcast de La Ruina con Berto Romero de invitado. Me alegra la semana.
Por si se ha escapado, el podcast del que te hablo. Muy recomendable.